Una forma de vida
Vivir en Chile es toda una aventura mágica y
trascendente. El pensamiento interior del chileno es así. Hemos sido críados
entre “cucos”, casas que penan, cementerios con tesoros enterrados de
conquistadores españoles, maldiciones ancestrales entre familias, intrigas
históricas, vírgenes que se aparecen en paredes de casas particulares, videntes
que encuentran personas desaparecidas, animitas milagrosas, muchas leyendas
locales de todo tipo, terremotos anunciados, ovnis por doquier, islas
misteriosas en los confines del Sur de Chile, seres elementales en los bosques,
etc., etc.… y más etc.
¿No será mucha exageración? ¿Somos desmedidos en nuestras
actuaciones?
En la vida cotidiana diaria, no faltan ejemplos.
Recientemente más de 200 policías altamente especializados, con francotiradores
en los techos, avión alquilado, helicóptero oficiales, motoristas de escolta… se
movilizaron para custodiar a un pedófilo medio raquítico, encadenado, que fue
trasladado a Chile desde Brasil. Más de un comentario de un ministro habló de
“país bananero” y “tropicalísmo” ante este
gran despliegue de policías con los correspondientes gastos que implica todo
esto a las arcas del Estado, y cuyos fondos salen de los simples ciudadanos como
usted y yo.
Las celebraciones deportivas son igualmente
desproporcionadas. Totalmente fuera de lugar dando una paupérrima imagen de
copiar lo extranjero, con la diferencia que aquí tenemos una liga de futbol muy
poco atractiva, con estadios casi vacíos y donde creamos ídolos con pies de
barros prefabricados en poco tiempo, y que muy de vez en cuando dan una
satisfacción deportiva al país. Las barras de los grandes equipos como todo el
mundo sabe no son precisamente deportistas, sino simples jóvenes perdidos en la
confusión, por decir algo suave y no hiriente a nadie, pero sí, exagerados, mal
educados, y muchos de ellos simplemente, delincuentes.
El mundillo de la farándula es otra exageración más. La
alfombra roja nacional, a igual que en Hollywood con nuestras/os representantes
criollos, nos ofrecen peleas programadas y con muchas horas grabadas para la
teleaudiencia fiel, que les hace vivir un mundo ficticio y alejado de la
realidad. Operaciones y cirugías televisadas varias, joyas robadas compradas,
drogas, y sobre todo, tetas exageradamente grandes...
Exageraciones de todo tipo. Sólo mencionamos las que
están más en contacto directo con nuestra vida a diario. Podríamos estar
escribiendo unas cuantas hojas más de ejemplos parecidos, pero con esta misma
regla de medir nuestra mentalidad interior e idiosincracia creada desde nuestra
niñez, no nos cabe la menor duda que en los temas esotéricos, ufológicos,
espirituales y de creencias en general estas exageraciones y visión un poco
distorsionada de los temas, también abarcarían muchos otros aspectos de nuestra
vida.
Siempre hemos dicho que “no todo es Ovni lo que brilla en
el cielo”, más de alguien nos ha calificado de “creyentes” sin conocernos de
nada, ni haberse jamás acercado a nosotros, una pauta que se ha repetido
constantemente desde que se instaló el IIEE en Chile…. ni siquiera como trabajo
periodistico a media tinta. Nos sobran dedos de una mano para indicar quien se
ha molestado en preguntarnos algo. Nos referimos a personas relacionadas con
nuestros temas. Exageración de periodismo cómodo y desinformado, además de poca
curiosidad. Flojera exagerada.
Por otra parte, el avance de ciertos credos y religiones
adoptadas sin ningún tipo de cuidados, generalmente por la gente humilde y sin
mucha preparación es muy peligroso. Muchas creencias se han convertido en
“multinacionales religiosas”, no faltan los Mc Donald`s americanos en este tipo
de religiones, pero muchos chilenos son arrastrados y no se les puede hacer
razonar. El fanatismo ha creado paredes mentales imposibles de sobrepasar en
muchos de nuestros compatriotas. Estos adquieren el fanatismo como forma de
vida, por lo tanto, un camino rígido sin medir
consecuencias.
La exageración en lo divino destruye lo humano y la razón
por añaduría.
Entramos al siglo XXI con fanáticos de los Ovnis y el
SI como etiqueta en la frente, personas que hablan con
extraterrestres, según ellos y lo predican sin ningún rubor a todo el mundo,
seguidores incondicionales de personajes charlatanes y como tal, con gran poder
de convencimiento y también de vivir del cuento durante años.
Los fanáticos escépticos no se escapan de esto, llevan el
NO también en la frente, en nombre de una Ciencia que hoy en
día deja mucho que desear… Los intereses de los estamentos oficiales no permiten
declaraciones fuera de lo acordado y jamás reconocerán nada que no este de
acuerdo a unos principios adquiridos comerciales, y como los tiempos están muy
difíciles hay que cuidar la poltrona como sea.
¿Vale la pena esta exageración de apreciación a ciertas
cosas que nos rodean?
Es difícil ser objetivo. No existe la objetividad
completa… pero la búsqueda del equilibrio, de la maduración intelectual, de la
experiencia acumulada debe ser de acorde a nuestras creencias y actitudes. Todos
las tenemos, no podemos escaparnos de nuestros orígenes, de lo que nos han
inculcado nuestros padres para bien o para mal…
Dejo esto hasta aquí, o sino también caeré en
exageraciones, pues en este país nadie se libra… y me incluyo el primero.
Julián Lenguaraz